Championismo vs Desarrollo: Luis Antonio Pérez es otra llamada de alerta para Las Tunas
La salida de Luis Antonio Pérez Hemmings escribe un nuevo capítulo en la migración de peloteros cada vez más jóvenes en Cuba y Las Tunas no escapa a ello. ¿Qué se puede hacer?

Según informó el colega Francys Romero en su boletín de noticias, el joven tunero de 19 años, Luis Antonio Pérez Hemmings se encuentra en República Dominicana en busca del sueño de las Grandes Ligas. El infielder del Balcón del Oriente tuvo un breve debut con los Leñadores en la pasada campaña, aunque como ocurrió para la mayoría de los jóvenes talentos de esta provincia, quedaron relegados a un segundo o tercer plano.
Es cierto que siempre queremos ganar, pero no podemos negar el desarrollo del talento joven. Ya un tiempo atrás Osmani Urrutia Jr. tomó un rumbo similar y con ambos se pierden dos de los prospectos más importantes con que contaban los Leñadores para un futuro cercano.
Luis Antonio Pérez tuvo un excelente recorrido por la categoría juvenil, según los datos del propio Francys, durante el nacional de esa categoría de 2020 dejó una línea ofensiva de (322/453/466/919) (AVE/OBP/SLG/OPS), con 13 extrabases, segundo en ese departamento; 10 dobles, dos triples y un cuadrangular.
Si miramos las estadísticas de los Leñadores durante la Serie 60, vemos que Luis Antonio apenas tuvo un turno al bate en toda la temporada, pero más allá de eso, hombres como Osmani Urrutia Jr. (7 CB en 2020), David Miguel Fernández (15 CB en 3 Series Nacionales) y Eduardo García (23 CB en 2020), apenas vieron acción; sin embargo, peloteros de más recorrido y menos perspectivas, como Yudiel Rondón y Ernesto Felipe Lalana, tuvieron un poco más de participación.
Llama poderosamente la atención en Las Tunas, que, a pesar de haber contado durante una buena parte de la campaña con talento joven como Manuel Ávila, Dailier Peña, Denis Peña y Héctor Castillo, ninguno de estos, por diversas razones, superó los 200 turnos al bate y continuaron siendo los veteranos de más de 35 años, y ya en varios casos superando las cuatro décadas, los encargados de llevar el peso de un equipo que, por el objetivo de regresar al podio por cuarto año consecutivo, se enfocó en ganar a cualquier costo, sin medir daños colaterales.
Si a todo esto le sumamos las carencias de todo tipo en un país mermado por diferentes dificultades, externas y sobre todo internas, la ausencia de la Serie Nacional por casi un año y las pocas perspectivas que se ven a corto plazo para el beisbol cubano dentro de la isla, pues eso nos deja un coctel que es muy fácil de beber para jóvenes prospectos que, en cualquier liga profesional del mundo, ganarían algunos miles de dólares en pocos meses.
Entonces, ¿Qué se puede hacer?, desde el punto de vista económico una dirección de un equipo no tiene mucho de donde agarrarse, aunque la Dirección Nacional del Béisbol debería replantearse el sistema de pago para todo sus peloteros. Lo que si queda claro y espero que Pablo Civil, con su sabiduría característica lo entienda, es que resulta vital darle más participación a los jóvenes.
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La renovación, no sólo en lo referente al roster, si no en la mentalidad, tiene que ser ya. Si no se llega a la postemporada, pues que se le va a hacer, nos pasamos muchos años sin llegar a ella y nadie se murió por eso. Pero si además de todos los problemas que ya tenemos, le agregamos que esos muchachos que vienen creciendo se van a pasar una serie completa en el banco, pues estamos firmando su pasaje de salida a cualquier destino donde se les permita desarrollarse. La vida es una sola y la juventud muy corta.
Esta no es la solución ni es garantía de nada, pero al menos estaremos haciendo todo lo que está en nuestra mano para incentivar aún más a los jóvenes valores de nuestros beisbol. Por hoy es todo, ya nos veremos en la próxima.